Mi finde en Buenos Aires pasó volando, salimos cerca de las
8 de la mañana del sabado y llegamos a la tarde. La ciudad nos recibió con un
día gris y frio, pero nada que nos e pueda soportar. Caos de tráfico, cansancio
por el viaje pero emoción de compartir cada minuto con mi familia.
En el hotel American Plaza nos recibieron muy bien y una vez
que subimos las valijas y nos bañamos salimos a recorrer la ciudad mientras el
sol se ponía y la noche fresca nos acompañaba. No importaba el sueño, no
importaba nada solo estar junto! Mientras mis hermanos compraban, yo los miraba
y disfrutaba a contra reloj…
Pizzas riquísimas, helado de Mc, cama y a dormirrrrrlllaa
porque no dábamos más.
El domingo soleado y más calmo me encontró despierta las
8:30, me bañé y al rato, todos arriba para desayunar. Este hotel sirve un
desayuno riquísimo en la planta alta. Comimos de todo! A cargar pilas para
salir por la city de nuevo.
Ultimo domingo en argentina!
Buenos Aires te cautiva, es otro mundo y recorrerlo en auto
riendo, charlando y mirando no tiene precio!
El almuerzo vino de la mano de una familia amiga con la que
no podés parar de reír. Tienen un departamento hermoso con un enorme perro más
hermoso aún! Todo el día lo pasamos con ellos, a quienes no veía hacía mucho
tiempo… despedidas, más despedidas…
La noche se hizo notar y volvimos al hotel donde me tuve que
poner a reacomodar y dejar listas las valijas… cada momento el viaje se acerca
más, tengo un poco de miedo a la desconocido.
Pero como nota de color mi HM, me manda un mail
preguntándome qué quería cenar mi primer día, un amor esa mujer, jaja, espero
que sea un indicio de cosas buenas.
En teoría tendría que haberme levantado más temprano pero a las nueve recién me estaba bañando mientras todos dormían, iba a ser el último desayuno juntos y pasamos un agradable rato en el bonito lugar del hotel para comer.
Bajamos las maletas y al aeropuerto!
À bienôt
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