Hola a todos, este es el segundo blog que abrí en lo que va del año. Sí, leíste bien DOS blogs, espero que no se me haga difícil mantenerlos pero no podía dejar de compartir mis proyectos con cualquier viajero cibernético que le interese.
El primer blog es sobre mi gran pasión, la literatura, y si les interesa podrán acceder a él desde el link que encontraran haciendo clik sobre la imagen siguiente. No tiene sentido que hable más de ello, porque este espacio quiero dedicarlo absolutamente a mi otro gran amor, los viajes.
No tengo una explicación de por qué o cuándo empezó mi amor por los viajes. Capaz es una mezcla de muchísimas vacaciones ruteras, libros leídos y películas vistas, pero lo que sé con certeza es que quiero ver, conocer y aprehender todo lo que pueda en esta vida, porque el mundo es un lugar asombroso, lleno de belleza y secretos que esperan ser re-descubiertos por cada ser humano que esté dispuesto a hacerlo.
Agradezco infinitamente al Dios que sea que haya creado un lienzo tan magnífico como es nuestro planeta y tengo la más profunda admiración por la mente ingeniosa de quienes se encargaron de construir y legar reliquias sorprendentes que maravillan el alma de los viajeros.
Desde que tengo memoria, me recuerdo recorriendo mí hermoso país junto a mi familia o yendo y viniendo a Brasil durante el verano. Se preguntarán o dirán "ah deben tener dinero..." pues, no sé, somos clase media, trabajadores y por suerte mis padres se las ingenian para organizar cualquier viaje por su cuenta, cargando las maletas a una camioneta Boxer con un par de colchones en la parte trasera y mateando hasta el destino. Nada de agencias o paquetes vacacionales. Y para mí, esas son las mejores aventuras. Aquellas en las que hay margen para los pequeños errores que pueden terminar en descubrir un nuevo pueblito, una hermosa cascada o una isla preciosa.
Bien, el verdadero motivo de este blog es porque al fin puedo concretar mi primer viaje en solitario. Desde que terminé la escuela secundaria me propuse llegar al viejo continente, más precisamente a París, Francia.
Si, es un destino super cliché, pero en mi mezcla de creencias religiosas creo que se trata de que en otra vida viví allí porque hay algo inexplicable que me dice que debo estar en esas tierras. Sin lógica.
Mi papá prometió ayudarme a cumplir ese sueño, mi mamá secundó y yo me dediqué a terminar mi carrera, siempre estudiando francés a la par. No quería dejar cabos sueltos.
Le conté mi idea a varias amigas, muchas de las cuales prometieron acompañarme pero por diversos motivos saltaron del barco y así quedé yo, siempre con el corazón en Francia, esperando el momento de viajar, aunque eso implicara estar sola a miles de kilómetros de casa y de las personas que quiero.
Bueno, ahora llegó la hora de salir al mundo y ver las cosas hermosas que me esperan... ¿Me acompañas?
À bientôt
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